viernes, 18 de julio de 2008

PROSA SUELTA VOLUMEN III

Hace poco menos de un mes que me encuentro de nuevo en Caracas. Las razones de esto son a decir verdad irrelevantes en este texto. El tema es que hará un par de días que vengo dándole vueltas en mi mente al siguiente enunciado:VENEZUELA AHORA, O LA CONTINUA PÉRDIDA DE LA IDENTIDAD.


Idea que me esforzaré en desarrollar de la manera más elocuente posible en el cuerpo de este escrito. Me conviene anunciar que no pretendo, como nunca lo he pretendido dictar sentencias ni mucho menos emitir comentarios que pequen de creerse acertados, sin embargo creo, desde la más absoluta humildad, no estar muy lejos de la codiciada verdad o al menos sentir cierta pericia para detectar algunas evidencias que comprueban mi hipótesis.


Me parece que la mejor manera de comenzar a desarrollar lo anunciado es por la vía de ejemplos comentados. Estos ejemplos son reseñas de encuentros odesencuentros con la cotidianidad actual, con andar por la calle observando muchas veces como un espectador más que como un participante. Cabe decir que desde hace mucho he tenido esa impresión, de espectar sin participar (aunque no en todos los casos), la impresión de sentirme completamente fuera de lugar, unpirobo, como dirían en Medellín, esto junto con el avance de mi desarraigo, de no pertenencia, voluntaria en muchos casos e involuntaria en muchos otros. Y el perpetuo debate que sostengo conmigo acerca de estos temas, el patriotismo, el amor a mis orígenes, y tantos lugares comunes que podría mencionar...


Así que como de identidad se trata, comencemos tomando el ejemplo de nuestra cédula de identidad, el documento que nos identifica como ciudadanos en este país. No tengo muy claro cuando se comenzó a realizar el cambio de la cédula de la llamada VI República a la cédula actual, la variación más significativa me parece es el cambio de la banda superior de color verde sobre la cual se leía: "República de Venezuela", en letras blancas; por la actual que tiene el tricolor de nuestra bandera y sobre la cual se lee: "República Bolivariana de Venezuela". El resto del contenido es bastante similar a la versión anterior, salvo por el hecho de la notable disminución en la calidad del material: el papel ya no es fotográfico, es un simple papel de base vegetal, impreso por una impresora de inyección de tinta, los bordes del papel están troquelados para su corte, luego esta hojita impresa de bordes dentados se plastifica en una máquinaplastificadora, similar a las usa das en cualquier papelería o centro de copiado, a diferencia de la cédula de la IV República que tenía una textura única, laminada, proveniente de una máquina sofisticada o en todo caso diferente a las usadas por particulares, la de la V es lisa, traslúcida, débil, de rápido desgaste, resultando esto en un documento de dudosa apariencia, fácil de falsificar, muy diferente a su versión anterior, aunque ahora recuerdo que hubo una versión intermedia, en la cual se usaba una técnica muy parecida a la empleada durante la VI República, solo que el contenido era casi exacto al de la actual, exceptuando que el director de la anterior DIEX y actual ONIDEX no era aun Hugo Cabezas, cuya firma es algo así como "#", una especie de doble equis. Ahora me pregunto: ¿cuántos de nosotros nos sentimos realmente identificados con este documento? Porque a ciencia cierta es éste el que nos otorga nuestra identidad oficial como ciudadanos nacionales o extranjeros, en este país.

Mi intención con estas observaciones se alejan del tema político, la atención la dirijo más a lo absurdo y ridículo que me resulta este tipo de cambios, el cambio del nombre del país, el del organismo que rige el tema de identificación y extranjería, el de los ministerios y demás organismos e instituciones del estado. Como resultado hoy en día casi todos los ministerios (no he hecho una investigación exhaustiva para saber si son todos) son "Ministerios del Poder Popular" para la Educación, La Cultura, El Turismo, Interior y Justicia, etc. Quiere decir que toda la papelería, señalización, sellos, insignias, etc. han tenido que ser sustituidas por las nuevas que portan el nombre actual. Digamos que ese gasto (a decir verdad innecesario) no es tan grave, porque a este país le sobra el dinero, para decirlo de alguna manera, pero el problema es que ese tipo de cambios no se asimilan de la noche a la mañana, porque la gente, nosotros, nos habituamos a un nombre, que funcionó durante años y un decreto o una simple decisión unilateral no puede pretender cambiar los hábitos y costumbres de una población, además, siempre y por todos lados se observan los rastros, las huellas, las ruinas de las anteriores denominaciones, se puede apreciar en muchos casos como el anterior nombre de una institución que ha sido cambiado una o más veces sigue apareciendo en algunos rincones, pasillos, placas, directorios, como renuentes a cambiar, a desaparecer; por ejemplo al actualCICPC, anterior CTPJ y anterior PTJ mucha gente, por no decir la mayoría, siempre se refiere como la "PETEJOTA".

O por ejemplo, en los pasillos del Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Barcelona, España; que aun cuelgan los afiches de Copoturismo, que dicen: "Venezuela, el secreto mejor guardado del caribe" en los cuales aparece una mujer espigada, rubia, con traje de baño blanco (una adecaescuálida pues) caminado en playa colorada, o el par de jóvenes alpinistas (unos oligarcas puntofijistas como les llaman los adeptos al "proceso") en la cima del Pico Bolívar, o el grupo de turistas con bermudas caqui, camisa blanca y sombrero de safari en la base del Churún-Merú contemplando la majestuosa cascada, en fin, no lo se, ¿será que yo soy muy observador? ¿o más bien que pasé tanto tiempo esperando en esos pasillos que hasta me alcanzó para detallar todo el recinto? No lo creo, yo simplemente creo que se olvidaron de cambiar esosafiches tan representativos de la IV República por los de la V, o... ¿no será más bien que en estos casi 10 años de V República no se ha hecho el trabajito de producir la nueva imagen de Corpoturismo, la nueva "identidad" de la institución? en donde salgan unas guarichas rayando yuca, pilando maíz, sancochando topochos (ojo, sin ánimos de ofender a las guarichas, piladores de maíz osancochadores de topochos). Dejo esas pregunta abiertas... Es que además, en el vestíbulo del edificio en donde hasta no hace mucho funcionaba el consulado y cuya dirección es: C/ Provença 278 3º 2ª 08008 Barcelona, a un costado de la puerta del ascensor en la planta baja hay una placa de bronce pulido en la cual se lee claramente "Consulado de la República de Venezuela - 3º 2ª", es decir, de la IV República y no de la V, la Bolivariana, la del poder popular misma...

...Ha pasado mucho tiempo desde que interrumpí este texto, tanto que ya no vivo en el mismo lugar donde comencé a escribirlo, el Consulado anteriormente mencionado ya no se encuentra en la misma finca, según me contó un amigo no pagaban el alquiler durante meses y al parecer fueron desalojados, no tengo información oficial sobre este último tema pero la dirección actual del Consulado es la siguiente: Plaza Urquinaona, Nº 6, piso 6, Oficina 6A, 08010 Barcelona.Pero el motivo principal por el cual he decidido volver a la redacción de este texto no es actualizar la ubicación actual del consulado en cuestión, sino continuar con algunas observaciones acerca del tema de la identidad para lo cual considero necesario iniciar otro texto.

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